miércoles, 13 de agosto de 2014

Querida conocida:

Hola. No preguntaré cómo estás porque la verdad es que sé que estás bien, o al menos sé que sigues viva e intentando salir adelante, y me da gusto. En verdad me da mucho gusto que sigas intentando sobrevivir, créeme que sé que no es fácil. Sin embargo existe un gran elefante cuando tú y yo estamos en la misma habitación y eso no sé siente nada bien.

No tengo idea que sucedió o cuándo o cómo o qué hice, y me pregunté todo eso durante mucho tiempo intentando no sentirme mal y tratando de llegar a ti una vez más para que todo fuese como antes. Grave error. Ahora es cuando mejor comprendo que las cosas no suceden dos veces del mismo modo y una vez que algo cambia jamás vuelve a ser igual. Pero estoy segura que si ambas hubiéramos querido esto hubiera funcionado una vez más, hubiéramos podido regresar a esas largas platicas o a esas profundas ideas dentro de nosotras.

Tus razones tendrás y quizá nunca logré conocer que es lo que pasa dentro de tu mente pero en esta pequeña carta lo único que quiero hacer es decir cuanto siento que ya no podamos sentarnos y hablar, ni mucho menos escribirnos mutuamente cuando sintamos esa necesidad de decirle a alguien que nuestro corazón comenzó a latir más fuerte debido a un chico, pero lo que más lamento es no tener con quien compartir mis más grandes deseos. Tú eras la única persona que conocía cada sueño que alguna vez se me haya ocurrido, desde los más estúpidos hasta aquellos que me avergonzaban. Y sé que tal vez no los cuentes pero estoy segura que por mucho tiempo pensarás en mí y en todo lo que pudimos haber vivido juntas.

Extraño a ese alguien con quien compartía cada pensamiento y que a pesar de los trabalenguas siempre lograba entenderme. Extraño identificarme con alguien a tal grado que terminaras diciendo lo mismo. Extraño a esa compañera de cortos viajes en el auto, sueños inalcanzables,  y regaños vespertinos. Simplemente te extraño mucho, y a pesar de todo lo que siento sé que de ahora en adelante seré una persona más que se atravesó en tu vida y no porque yo no haya intentado, sino porque tú te diste por vencida.

Uno de tus peores defectos es que crees que todos deben intentar permanecer en tu vida porque los haces sentir que te deben algo. Sientes que eres la única persona que siempre está bien y que eres mejor que los demás. Estoy consciente de que todos tenemos defectos y que sin duda tu autoestima es muy alta, sin embargo quiero aclarar que en nuestra relación la única que no trató de arreglar las cosas fuiste tú. Y ya me cansé tanto de esperar, así que dejaré de intentarlo. Muchas gracias por tu poco tiempo y limitada amistad. Tal como tú, debo seguir adelante y entender que la única compañera de sueños eterna que tendré seré yo misma.

Ten una hermosa vida,


Una chica sincera.

0 comentarios:

Publicar un comentario