sábado, 2 de agosto de 2014

Querido ex-novio favorito:

No estoy segura si debería sólo llamarte “ex-novio” o incluir el término “ex-mejor amigo”. Y esa inseguridad de no saber como llamarte sin duda viene del no saber como me ves en tu vida ahora después de tantos años. En fin… ¿Cómo estás? La verdad deseo de todo corazón que te encuentres feliz. Si bien nuestra relación no funcionó, no significa que entre nosotros haya dejado de existir ese sentimiento especial. No sé si tiene un nombre o no, pero yo creo que todos dejan una marca en ti de alguna manera, no digo que después de tantas cosas aún te ame o me ames, pero al menos puedo decir que sigues presente en mi vida. Eres esa historia, larga o corta como la quieras ver, que estoy dispuesta a contar cuando y a quien sea.

Muchas o pocas relaciones hemos tenido ambos después y antes de estar juntos, pero nadie como tú. Tú me enseñaste tantas cosas. Me enseñaste que la vida no se mide por minutos sino por momentos, esos pocos y muchos instantes que estuvimos juntos eran más que suficientes para poder ser feliz por unas horas. Me enseñaste que las cosas siempre serán de la manera que uno quiera, uno sabe lo que hace y a lo que se atiene. Me enseñaste que la amistad está sobrevalorada, es subjetiva y sin duda momentánea; recuerdo esas peleas con tu ex-novia porque yo no sólo era su mejor amiga sino también la tuya. Me enseñaste que lo mejor de la vida no está en lo material de los detalles, sino en los detalles mismos. Me enseñaste a madurar y no sólo pensar en los demás sino también en mí. Me enseñaste que aquel que realmente quiere algo lucha por ello; recuerdo que si discutíamos y yo, aunque no tuviera la razón, me enojaba y no quería hablarte o verte, siempre intentabas disculparte. Siempre mostraste interés en lo nuestro (amistad o no).

Y sobre todo he de admitir que uno de mis más grandes secretos es que tú me enseñaste a soñar. Sólo contigo me vi con una familia. Y sí, eso no es fácil de confesar pero recuerdo que alguna vez cuidabas a una pequeña y con unas simples letras en un mensaje de texto me hiciste temerle a la vida porque el pensar que a esa corta edad podías vernos en un futuro juntos y con niños a nuestro alrededor era algo superior a lo que yo había deseado en el pasado. Y aunque me asusté demasiado y no contesté, por un segundo me lo creí y sólo por ese instante pude verme unida a alguien. No lo he vuelto pensar de nuevo, nunca lo he vuelto a ver con alguien en mi cabeza, has sido el único y el primero, pero te agradezco porque al menos en ese momento logré entender que los sueños van y vienen, pero que si nosotros queremos podemos lograr hacerlos realidad.
¿Sabes? Todavía recuerdo cada canción que me dedicaste o que yo te dediqué. Recuerdo la forma en que me besabas con dulzura y esas tiernas manos que no soltaban las mías cuando me tenías a tu lado. Aún  tengo en mi memoria tu forma de mirarme de lejos por largos momentos y esos abrazos con los que me levantabas del suelo. Tan sinceros los momentos de nuestras discusiones y tan honesta nuestra forma de confiar uno en el otro. Al menos siento que realmente entre nosotros nunca hubo mentiras. Siempre, tarde o temprano, hablábamos con la verdad.

He querido escribir esta carta por mucho tiempo y nunca había tenido el valor de sentarme y recorrer en mi cabeza todo lo que me hacías sentir porque sabía que sería largo y tal vez confuso. Pero hoy me encuentro bien y he tenido las ganas de decirte que todavía te quiero de una manera especial y si bien no somos tan amigos como antes quiero que sepas que no he encontrado a una persona tan sincera como tú. Nunca nadie ha llegado a cumplir mis expectativas de honestidad como lo hiciste tú en su momento, y por ello y muchas cosas más, cuentas conmigo. Porque eres el único que alguna vez demostró que la verdad es lo más saludable, que el interés siempre debe demostrarse, que las amistades duraderas tienen que ver con la confianza y no la distancia, y que el amor se trata de subidas y bajadas. Adolescentes o no, sé que lo nuestro fue real y útil para la vida.


Te doy gracias por cruzarte en mi camino y por haber sido lo que fuiste.


Con un poquito de amor y otro tantito de nostalgia,


Tu ex.


P.D. Espero recuerdes esa escena de película de nuestro último beso con 
esta melodía en el fondo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario